Comienza la guerra del lunes por la mañana y saber que toda la semana nos espera con sus misiles de punta, ya cuando cae el domingo algo residual, algo inspirador, vas percibiendo lo que viene, esa sensación demasiado ambigua. El desayuno a las apuradas anudado en la garganta te avisa que arranco.
Sin mucho que decir y a dientes apretados pasamos el primer día, aparece martes casi desapercibido tratando de poner tregua a esa guerra del pasado más próximo, nadie nota su esfuerzo, pero deja la cara y se va, escondiéndose como queriendo escapar de quien vendrá.
Gritando sin problema pareciendo un atrevido de esos de antes, algo soberbio, haciéndose notar, cae sin pedir permiso miércoles, que corta ese frio de primera mitad de semana. Sin más ni maces es eso, literalmente miércoles.
Con la valentía guardada en un alijo, bien encanutada nadie sabe por qué aparece jueves, falto de compromiso, todo el mundo sabe que los jueves son cobardes, que lo bueno del este día, es bien entrada la noche ya cuando la fecha se transforma. Es así dogmáticamente otro de los tantos jueves cobardes.
Con la aurora del fin de semana aparece el viernes, con el pecho en alto y el mentón arriba, entra a la cancha semanal sabiendo que haga lo que haga y sea como sea, la tribuna lo va a aplaudir, todos sabemos que el viernes nos dio alegrías, es de los que se embarra por cambiar la actitud, y darle un cambio de escena a lo hecho.
Entra en un suspiro, concediendo tranquilidad, paseándose como las damas deben pasearse, sábado, con delicadeza y armonía, amigo de los amigos, sonriente y con recuerdos que no se acuerdan, compañero de la luna y sin envidia. Se planta como un piano, sin acotar la tarde y haciendo lugar para la noche. Compensa tiempo y espacio, digno de alabación.
Tranquilo, con pucho entre los labios, pan en mano, y pantuflas azules -acá estoy, dice: Sr. domingo con poca mañana por contar, intentando preparar alguna actividad vespertina. Se lee en el diario la falta de pasión o exceso de desamor de domingo. Igual se sabe matices le sobran al día de cierre, el blanco de misa, el negro suicidio y otras tantas veces lo vemos tan gris, cuando cae algo residual, algo inspirador, vas percibiendo lo que viene, esa sensación demasiado ambigua. De volver a empezar, para dar una nueva vuelta por la ronda semanal, sin opción de improvisar... ¿O si?
5 comentarios:
La verdad es q tenés razón, cuando locos improvisan obtienen cosas copadas como ese texto juani...
sólo quiero objetar una cosa, amo los domingos hasta las 5 de la tarde, que es cuando el almuerzo/merienda familiar ya terminó e indefectiblemente tenés la obligación de pensar en el comienzo de la semana q se avecina... hasta las 5 es color rosa, ds es color gris como dijiste vos..
T banco a vos, a tu escriturta y a la música q escuchas..
Beso niño
Jime
Aparece Juancito de nueoçvo...jejej...muy buena tu ronda semanal...jejeje...nos vemos nene..besotes...
Cuando dos locos deliran en compañia... Jaja! Viste que al final de un jueves se puede hacer algo distinto? No faltan tan pocos huevos al pobre che... No lo mates! Quedo muy bueno! Me encanto! Te mando besos! Que andes genial! =D
Samy
No sé de qué manera aplaudir por blog así que recurro a la onomatopeya: Clap Clap Clap (superpuestos, hagamos de cuenta que somos 4)
Hay muchas cuestiones sobre la semana y sus días que tengo rondando en mi cabeza y en la cabeza de algunos otros. Además de por qué separamos al "tiempo" en "años", "meses", "semanas", "días", "horas", "etc.", "etc.", "etc.". Y por qué se llaman Lunes, martes, miércoles, jueves, sábado y domingo. Surgen claramente porque podría haber sido de muchos modos distintos, pero bueno, como siempre nos quedamos con lo que alguien más propone, y de ahí viene una duda grande... ¿Por qué todos se quejan (nos quejamos) de cada dia de la semana? Todos nos quejamos del lunes, de la semana entera, de los domingos (odio que la gente se queje de los domingos, pueden ser hermosos) pero nadie hace nada para cambiarlo. Nadie le agrega el ingrediente distinto a cada día, ¿Nadie hace lo que realmente le gusta? ¿A nadie le gusta realmente lo que hace? ¿A nadie se le ocurre ponerse a pensar POR QUÉ su lunes es tan asqueroso y traicionero? El día no siempre tiene la culpa. Está todo en la cabeza, si si.
Y reitero... ¿Soy la única persona a la que le gustan los domingos con toda su soledad y su inspiración?
Bueno, me pasé diciendo boludeces.
Pero che, estaría bueno charlar un rato algún día, no?
Uno de mis perros favoritos :P
Saludos!
Luz.
Encima, me olvidé del viernes. ¿Acto fallido?
Naaa, torpeza jajaja.
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