

Halloween. Un día a lo estadounidense, en el que suelen hablar mucho de nosotras...
Brujas, bichas, perras...
Que otro apodo nos cabe...
Que quieren que les diga; aunque es verdad que si hay cosa peligrosa esa son las mujeres: ávidas sacadoras de cuero, capaces de ojear a cualquiera, sea hombre, mujer o travesti; le sacamos la ficha a cualquiera con una sola mirada de arriba a abajo. Nos es más fácil hacerle la cruz a alguién que preguntar la hora...
Somos bravas, eso no lo discuto. Pero ¿es necesaria tanta agresión?...
En otras épocas éramos perseguidas porque nuestros cuerpos eran la morada del diablo, del pecado, y no se cuantas pavadas más. Nos quemaron, nos empalaron. Y no se les paso por la cabeza que si realmente éramos brujas, no podían hacernos demasiado con una fogatita. HOMBRES...
Más tarde en el tiempo, se les ocurrió que reprimirnos era lo mejor: sometidas al yugo marital, no se daban cuenta de que estaban creando un monstruo.
Y ahora que harían sin la brujita del barrio que les cura el empacho o el mal de ojo... la curandera que les saca las verrugas y el olor a pata...
Y a los que se atreven a denominarnos sexo débil: soportamos históricamente los maltratos de aquel donante de ESA maldita costilla; soportamos partos y dolores de ovarios. Una mujer muy sabia dijo una vez: si los hombres tuvieran que parir, el aborto sería un sacramento.
Y ya que estos chicos hablan de ondas, y también de algunas cuestiones machistas...porque no voy a hablar yo de lo que defiendo??
Somos chusmas, un tanto envidiosas...quizás no del todo honestas.
Pero qué harían sin nosotras...
Eso me lo contestan ustedes...
haya paz*