Tienta la película o el partido en el sillón más cómodo, quizás comer algo y un traguito para bajarlo, pensas con indiferencia y lo preparas, buscas la bebida perfecta para acompañar lo gris del cielo y la ciudad, tomas ese vaso imaginario, abris el frezeer de la imaginación y sale.
El cóctel esta a punto de ser servido, las sensaciones se mezclaron de forma perfecta, esa gota de una buena victoria sin emoción, una pizca de saber que esa chica te mira distinto, el saborizante de la película que te vuela la cabeza, jugo de un llamado bizarro, dos hielos de soledad y acompañas con la canción más suave del hard rocker que demuestra que hasta lo duro tiene algo blando
Con todos los ingredientes dispuestos, la noche te trae recuerdos, el pasado de desamor parece siempre doler, si es ella otra vez, repasas los movimientos cada cosa que hiciste mal y las posibilidades futuras, la frustración te deja en offside y grita jaque, empinas el vaso percibiendo con una sonrisa lo que va a pasar, y el trago con su gusto estremece, los labios se ven agredidos por esa explosión de sabor y un final insípido, melancólico.
Solo queda preguntarse si las lluvias frías de invierno son siempre así o esta penetro a congelar el alma.
Ya vendrán inviernos tibios con labios al menos agridulces